viernes, 26 de diciembre de 2014

MIENTRAS UN TINTO

MIENTRAS UN TINTO
No habrá más poesía, la musa se fue de vacaciones con El Serbio y me dejaron sola en casa, pero estoy feliz porque a la mosa la dejó viendo un chispero, y la sorpresa de hoy es que estamos aquí de nuevo, otros afanes nos mantendrán ocupados y otras alegrías le pondrán carita feliz a éstos segundos que se nos regalan, ¿qué podría decir?, a veces no hay mucho, pareciera que lo hemos dicho todo, pero no he contado la historia del gusano, ese que se arrastraba cierto día y alguien dijo: ¡Mátenlo!, ¡qué asco es un gusano!, y mientras se armaba la pelea y se decidía qué hacer, una mano lo protegió, y él se escondió bajo una cobija verde...
¿Qué sería del gusano?, la verdad que me haya enterado a nadie hizo daño, simplemente había caído, una brisa fuerte golpeó la rama en donde estaba y se encontró ahí en una gris avenida, con tan buena suerte que halló una mano que lo protegió, y no era malvado, sus colores advertían a los pájaros que tenía algo especial y diferente, ellos lo dejaron quieto, pero tenemos por costumbre pisotear a otros y tratarlos como gusanos, se distrajo la mañana unos cuantos días, y fue olvidado, ¡quién sabe a donde se metería ese asqueroso gusano!, pero él se hizo prisionero de sí mismo, meditó por varios años en el silencio de su gris alcoba, o simplemente durmió un rato, y cualquier mañana una niña fue adornada con galas de princesa, se veía tan bonita, besó las flores del campo y parió perlas para otros jardines, más su vida de silencios y teclas de piano, se fue, cuando apenas el sol asomaba en el mar, recuerdo que tenía su mirada fija y elevada, se veía linda, tranquila, sin volar mucho, se estacionó por años, casi un siglo en el mismo árbol, sin conocer más allá que un pequeño libro negro, sabiendo de las estaciones de la vida y adivinando de los mensajes de la luna, conociendo del motivo de las luciérnagas que encendían la oscuridad, no hubo voz, porque su voz se fue a buscar el sol que colgaba de una casita blanca donde había iniciado todo, el principio y fin de su historia de oruga, y el inicio de ser mariposa en el jardín más hermoso de todos, donde se fabricaba el color y se hacía una estación por largo tiempo, en el hogar del siempre llamado eternidad.
¿Quieren saber algo?, soñé que no paraba de danzar, que reía por todo y nada, que se podía vestir de todos los colores, ir y venir a visitar su estancia, y que nos extrañaba, ¡cosa rara!, ha de ser una mariposa especial, porque siempre la veo ir y venir y en su mirar hallo un bosque de límpidas cascadas y fascinantes enredaderas que se crecen como los ideales.
Raquel Rueda Bohórquez 
27-12-14

No hay comentarios:

Publicar un comentario