martes, 18 de noviembre de 2014

¿QUÉ TENEMOS?/A María Angélica



¿QUÉ TENEMOS?/A María Angélica
Tengo un jardín lleno de colores para una navidad muy bella, tenemos tanto, pero a la vez nada, todo el ayer de hojas verdes se esfumó, para quedar en el paisaje un ocre camino, donde la nieve arropa las esperanzas de hoy, para sorprendernos a todos en un mañana prometedor, cuando el sol con su traje de rey, asome de nuevo con su carita feliz... 
Tenemos un día, un segundo más, que vale más que todo tu oro o tus diamantes, la boca llena de palabras y el corazón espinado en promesas, pero todo es como la miel en los panales del Creador, y en ello nos entretenemos, en tanto se posa un águila en la cumbre más alta.
¡Mira!, ha extendido sus alas, va y viene con un contento en sus garras y su día es como el viento, no lo piensa, no lo imagina, pero lo eleva, lo domina, lo enaltece…
Pienso en el amor como el alimento primero, mi desayuno, mi almuerzo, mi comida, y lo siento al dormir, lo adivino al despertar, mi dulce flor vencida y cansada, y en un instante el padecer se olvida, llega la música de otros, sus ansias, sus afanes, y un contento, una frase, una fruta robada de la nevera de mi hija, dulce naranja de colores bendecidos, como el más puro dorado hurtado de mis bosques. 
Mariposa amarilla, ¿hacia dónde vas?, mira que mi jardín tiene muchas flores, perfuman y perfuman, que nada entretenga tu divino andar, pósate en cada flor en el camino, y después, cuando el viento decida que irás a volar a un jardín nuevo, sólo calla, suspira de ese último beso, y déjame pasar.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, noviembre 18/14

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