martes, 23 de septiembre de 2014

PANADERO

PANADERO
Estuvo ahí amasando la vida
poco a poco hasta volverla suavidad,
como de la harina el trigo bendecido
con el sol de lleno quemando su bondad.
Seco al sol, al viento,
ortiga que no pica ni desespera
calmo el tiempo y el molinero
con el sudor del mar en su frente
y el adobo de sus lágrimas
formando figuras para todos.
Estuvo ahí también al fogón el panadero
y fue mujer ésta vez,
perfumando el ambiente
la brisa y el trigo cuanto más caliente
aún después de muerto resucita,
porque llegó a traer vida
cuando la parca parecía acosarle
en ese viejo vaivén de llamas encendidas.
El panadero sonrió, ¡qué sonrisa Dios mío!
se llenó la estancia también con su aroma
un alma bonita con su delantal puesto
y sus manos, bendición tan solo
para el dueño del trigal.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 22/14 


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