LA VI (4)
Y la vi, mi poesía estaba sentada en la sillita del silencio,
Atrapaba como cabrita flores blancas y garzas morenas.
Temblando de amor, ¡me conmovió tanto!
Pero ella continuó, no quiero regresar, hoy no...
Iré mañana, al amanecer, a revisar mi jardín.
¡Mis muchachos viejos!, mis niños a consentir...
Desde aquí los veo, los abrazo y los siento,
¿Para qué lloran por mí?, ¡Nada duele!
Todo es caricia y era verdad mi sol
No estaba tan lejano, a la vuelta de la esquina nada más
Cuando abrí los ojos, tan solo pasaba por mí,
Y como ahora, correteando y saltando
Me abracé de Él, y en este segundo,
Paso por tu casa a la hora del rosario
Y me adorno de poema, para ti.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 25/14
RDAC
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