DÍA LLUVIOSO
Un nuevo día lluvioso, y la "Esperanza", de que tenemos un dueño que nos recibe, que acoge cada temblor y queja, que calma las tempestades más fuertes, y en el cielo, se muestra en medio de ellas, nos obliga a doblar rodilla y a convertirnos al fin, en seres humanos grandes y maravillosos.
Nos hemos de pulir, el angelito lo hizo, mi madre caminó sobre rocas encendidas y no se quemó, la niña abusada aprendió a perdonar, las madres de los jóvenes que fueron despedazados y sus carnes arrancadas cual margaritas, dijeron al mundo: ¿Quienes somos acaso para no perdonar?, yo puedo perdonar, desear felicidad, reventar una cadena que nos tortura y desear libertad, a eso llegamos a este sitio, a ser felices, no a sufrir, aunque el sufrimiento el el vino más caro que tenemos que beber a diario, y por él debemos brindar también, para que cese el dolor en los seres que amamos, y aceptemos el reto de que más allá la vida continúa, y aquí perdura en cada recuerdo hermoso, y en cada gota de sudor procurada para el bien de la familia y los demás.
No preguntaremos a Dios ni a la brisa de sus motivos, sólo que el gran árbol desprende sus hojas a veces en primavera, y la razón es de Él, puede ser que ha dicho: !basta!, te quiero aquí, recogiendo violetas, danzando como un colibrí de flor en flor, cayendo sobre las rosas de otra primavera como rocío, o siendo tan solo, la perfumada flor de un cardo en el camino, ya duerme... descansa de tu afán, porque mis ojos te han visto en aflicción.
Raquel Ruueda Bohórquez
08-09-14
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