ADIVINAR
Creo adivinar el amor muy temprano;
al abrir los ojos,
cuando la música de las hojas al caer
advierten de un mirlo cantor en mi jardín
y un beso de rocío se vuelve corona de reina
al balbuceo de la lluvia.
Al instante del rocío entre los pétalos
y el danzar de una mariposa sobre ellos
absorbiendo de ese amor prisionero
miel tan solo, a sorbos pequeños.
Y te adivino cielo mío
como la más fugaz estrella.
Mi estela obligada a morir
al suspiro de la brisa,
que me condena a no tenerte.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 9/14
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