martes, 12 de agosto de 2014

CARDOS


CARDOS


¡Si empinarme contigo pudiera! 


Pero nos alejan las rosas, 
nos separan los corazones de otras,
para quedar en versos el sentimiento
y en elegías el deseo.


Si al toque de tu espada en mi flor
¡pero nada!, ni espina ni rosas.

Vivir condenada a mirar a otro lado
sabiendo que siempre desviabas tus ojos
hacia otras curvas sinuosas,
y otros senderos ajados. 


Te vi en el desierto buscar lo que aquí abundaba.
Fueron flores viciosas apestando a perfume,
en tanto a mí, ni siquiera me tocabas.



Pero ahora, de tanto herirnos nos matamos.
Se acabó el amor, 
se fue hacia otros lagos,
y mi pensamiento dice 
que la providencia es buena conmigo;
otro amor ha llegado. 


Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, agosto 12/14 

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