AQUÍ
Hubo algo hace días tan
solo
Como si una estrella se
hubiese escapado del cielo
Y mi corazón dolido
anhelara su brillo
Cuando providencia lo
estrelló de frente conmigo.
Aquí hubo algo extraño,
De lo alto cayó sin prisas
Con la dulzura de una hoja
sobre la grama
Y la violencia de un amor
contenido.
Despejé dudas y miedos –por
qué no-
-A quién debo dar cuentas
de mis instantes-
Toqué una puerta para
decir: te amo
Pero era de acero fuerte,
Y no pude ver la luz de adentro.
Sin buscar llegó…
-Eres acaso adivino de mis
íntimos deseos-
Abriste mi cárcel a una
ilusión
Cuando estaba pegada de
mis añejos desvelos.
Si puedes amarme sé que
también
Si puedo aferrarme cual
hilo a inmensa locura
Lo haré por tu piel, me
extenderé por tu cuello,
Y dejaré miles de flores
hambrientas de sol al final.
Aquí estás, como una
libélula
Trayendo un mensaje oculto
en el cielo
Como una flecha disparada
que no hiere
Has llegado de lejos, muy
lejos,
A plantar una esperanza en
mí.
Aquí sucedió algo
incomprensible
Cuanto más triste y dolida
estaba
Y mis ojos se hicieron
prisioneros de la nostalgia
Con una roca ahondando en
el alma,
Un brillo de solo un
instante
Y todo cambió, al estar en
mis ojos un manantial.
Acierto tan solo eres, mi
niño
Descubriendo regalos
perdidos
Encontraste un amor para
mí.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 12/14
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