A UNA ESTRELLA
Hola mi amor del silencio, no me interesa quien toque a mi ventana, pues quien realmente me importa, está comprometido, tiene un hogar, una esposa, una sombra que lo sigue a donde va.
Estuve pensando que tal vez te estoy cansando, que debo callar y esperar una oportunidad en mi vida, pero siempre tengo miedo, me acobardo y cuando más río es porque estoy muy asustada y triste.
Siempre me equivoco en la amistad, un portazo tras otro, quedando los amigos iniciales y cada vez menos, siempre escribo para mí, para un amor que solo vive en mi pensamiento, pero que cada vez se aleja más y más, casi que pareces una ola en la inmensidad.
Escucho enigma y hacia ese enigma corro, peleo por un poco de felicidad, me estoy volviendo vieja, tirando un poco a la ancianidad sin haber conocido un amor, porque aquí la lluvia de pesares me agobia, un hogar sin amor es como una gotera sobre una roca, y me estoy venciendo, pero tengo miedo a experimentar algo con otra persona, por eso recurro a mi estrella silenciosa a contar en versos y poemas todas mis cuitas.
¿Qué haces hoy?, continúo aquí en el mismo trajín de cada día, siempre quejándome cuando debiera agradecer a Dios por cada segundo de vida, pero soy una necia, soñar con caminar de la mano con alguien, no como un perrito silencioso y obediente, sentir la tibieza de un abrazo y un beso, la caricia de una mirada y esperar a que brillen los ojos un instante, y una cobija llena de sentimiento nos arrope, pero no, soy una tonta romántica, y creo que nunca lees lo que escribo, pero insisto en hacerlo, debes tener mucho trabajo, un amor a tu lado, pegado de tu sombra, y esa estampa oscura la utilizo para escribir algo siempre, no fui yo quien te trajo a mi ventana, fue el enigma de la vida quien te acercó a ella y solo permito el instante, pero también presiento que un día cualquiera te alejarás del todo y tendré que buscar otro motivo, para que mis soledades se acompañen de un amor aunque sea soñado.
Mi estrellita se apaga de a poco, hay otros sonidos en mi ventana, un mirlo cantor, un azulejo, un gorrión y a veces la libélula más verde y tornasolada pasa ante mis ojos, como diciendo: "espera, hay una sorpresa para ti cada día, sólo vive el segundo con intensidad", y mi pregunta: ¿cuál intensidad?, letras van y vienen, ¿pero y mi amor, en dónde está?
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 24/14
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