sábado, 14 de junio de 2014

LLOVÍA

Nada importaba mientras estabas, y el cielo era cómplice en nuestras pieles cuando llovía.
Nada importaba mientras estabas, y el cielo era cómplice en nuestras pieles cuando llovía.


LLOVÍA L2R
13 de junio de 2014 a la(s) 0:11

Bellos recuerdos de nuestra niñez,
nunca habrá otras lluvias como esas,
cuando despojados de miedo
las vimos bajar por la loma,
como ríos pintados de amarillo,
esos son los recuerdos de las lluvias mías.

Al pasar al río, una nota cantó,
que volvió poema al llegar al mar,
de seda su traje fue soneto al amor
cuando en azules aguas plagiaron un verso
de ríos y cascadas, de arroyos que bajaban
desde los tejados rojos,
donde mis gritos se juntaron a los tuyos,
y mis ansias locas quedaron en tu boca.

Llovía lo sé, la desnudez no fue mía
fueron culpables los besos que sonaban
en el duro asfalto cuando ella caía,
tan dulces sus gotas pegadas en la piel,
cual si fuera en un instante un clavel
que encendido formó una aureola,
para quedarme contigo,
cual ola juntada en el  mar.

Pero marcharon, todas se unieron
formaron orquestas sonoras
y el viento rugía como embravecido toro,
cayeron tus brazos, se enfriaron los míos
cuando al verte marchar lejos sin verme otra vez,
un viejo recuerdo de aquel triste día
contó de perlas en mis ojos,
que también llovían.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 13/14


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