LA OCARINA
Cuando escuches el sonido de la ocarina
sabrás que estoy pensando en ti,
y cuando cese el ruido
y se calmen las olas,
ha de ser porque me dormí
Abrir mis alas en un segundo
navegar en tus aguas, el motivo
regresar tan solo a un verso
para recordar que estás,
como un suspiro en mi pecho
y un poco de sal en mis ojos,
es un alivio a mi pesar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 16/14
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