martes, 13 de mayo de 2014

EL GORRIÓN

EL GORRIÓN

El gorrión estaba muy asustado, se alejaron los cariños sobre la mesa, la música huyó como espantada, el amor que se bordaba entre sueños y esperanzas quería abandonarlo, quiso enredarse con un mirlo, pero él estaba ocupado, en su nido había pichones que lo amaban, y su gracia era para ellos.

¿Cómo se llamará un gorrión hembra?, suena feo gorriona, ha de ser que para gorrión no existe diferencia alguna, y su gracia no está en lo que parezca ante los demás, sino en lo que realmente es, una pequeña hoja que canta poco, que sueña mucho, y que vuela en círculo en un espacio escogido por su corazón o por su propio destino de gorrión.

¿Será que si me invento otro amor, las cosas serán mejor para mí?- pensó el gorrión-, pero un ave chismosa que siempre merodeaba le anunció: ¿Quién te crees?, el amor es algo de Dios, no puedes ni siquiera pensar que es un asunto tuyo, si él llegó a tu corazón es porque lo necesitabas, y si él marchó por su cuenta, era porque no te pertenecía, es más, ni siquiera los sueños te pertenecen, así que sólo vive, canta, llora, ríe, pero vive, y no te entretengas en hacer preguntas.

El ave que parecía chismosa realmente no lo era, sino que su curiosidad era realmente sabiduría, que deseaba entregar a todas las aves solitarias del jardín.

Gorrión, ¿soy como ese triste gorrión?, mejor me invento otra canción, donde pinte cometas de colores, o me envuelva en la sábana pálida del humo de un cigarro, y me escondo entre la luz de una lámpara, creo que es mejor que seguir siendo una soñadora.

-¡Déjate de tonterías!, responde el ave chismosa... ¿si te gusta soñar, si te agrada hablar sola, quién te lo impide?, ¿eso te hace feliz?, pues bien, en la pequeñez de una hoja seca puedes resolver el acertijo que tanto te enreda. Yo vi a la misma hoja caer, parecía triste el árbol cuando una a una lo abandonaban, después lo vi lleno de flores violeta, o amarillas o rojas, no importa el color, eran flores y todas perfumaban a su manera, con su aliento, con su propio perfume único y maravilloso, y después de las hojas, vi muchos frutos, y ellos fueron semillas, y las semillas alimentaron como los frutos, y otras simplemente se fueron con la brisa, pocas pudieron volver a nacer, pero nos repetimos como las hojas secas, después de llover, de eso no hay duda, sólo las que no son, no pueden ser.

Ahora, ¿te das cuenta?, el árbol está muy verde, las mismas hojas muertas de ayer resucitaron, y volverán a caer, en una cadena interminable, ¡no te enredes!, deja que rían, que canten que lloren, debes aprender a callar, pero por favor pequeño gorrión, si tu alimento son los sueños, ¡nunca dejes de soñar!, si es cantar, canta como sólo tú sabes hacerlo y olvídate de los que sólo te señalan, ¿lo prometes?...

Si... lo prometo... digo el gorrión mientras abrió sus pequeñas alas ante lluvia de un nuevo día.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 13/14 

Imagen: Internet

No hay comentarios:

Publicar un comentario