DICIENDO TONTERÍAS
En la esquina del silencio ocultó su rostro entre las manos llenas de cicatrices, de heridas que marcaron las muchas espinas de los árboles, los azahares esconden entre las hojas enormes espadas que si no te cuidas, teherirán doblemente, y así lo vi, poco cabello, pinta para obispo dentro de poco, delgado, barba un poco descuidada, suspiros y suspiros, tal vez le duele el pecho, y no me lo ha contado.
Aceleró la marcha, hizo mercado, trajo frutos del bosque,hoy si se dan cuenta, no me he quejado. Los años hicieron mella en los dos,mi cabello plateado, me lo dejé largo porque me da la gana, que no venga una prima o una amiga, o una vecina a decir que son feas,¡son mis greñas!, ya me estoy poniendo vieja, pero siempre he actuado con libertad,pueda ser que mañana, cuando una fiesta se presente,decida que seré rubia por un mes, en tanto esa corona blanca no asome para delatar que no soy tan joven como la apariencia enseña.
Joyas no luciré, algún hifueputa se las llevó, falta sí le hacían y el hambre les calmó, o para comprar vicio puede ser, que el humo se lleve el amor que tenía por ellas, y se desvanezca como algún día lo haré yo también.
Zapatillas, ya no aguanto, me pondré los zapatos viejos para que no me duela la vida y no se ampollen mis pequeños pies, llevaré un bolso prestado de lujo, un vestido, pueda ser, sino en la percha hay unos tantos que me coloco por si va a llover.
Cada quien mirará qué hace, una fiesta nos hará vernos a los ojos, que no sea de cofres de madera,esos ya no me gustan, porque nos encontramos con la familia cuando hay un revés.
Todos dicen que son buenos,que nos aman, pero lo primero que mirarán, serán mis pies, si llevo un bolso de marca, si tengo pestañas postizas, si mi perfume es fino o es el mismo pachulí de siempre, si tengo asomada alguna cana o si las tengo sin pintar,si mis piernas son peludas y es dulce mi andar, si mi voz todavía es entre chillona y ronca, si sonrío, si lloro, y por si acaso para disimular: ¡qué linda que estás!, no te han pasado los años, ¡linda gaviota, qué grácil tu andar!.
Ha terminado todo, la fiesta era de azahar, perfumadas flores, copas de champaña para brindar, y un poco ebrios nos vamos,¡hagámonos los pendejos!, ¿esa vieja en donde está?, ¡tan creída!, ¿viste como venía llena de joyas?, ¡vanidosa!, ¡siempre me ha caído gorda!, la saludo por no dejar, lo cortés no quita lo hifueputa, y grosera no ha dejado de ser jajaja!
¡Vayámonos comadre!, creí que sería mejor la fiesta,no es que desagradecida sea, pero en el sobre eché veinte mil pesos, ¡mañana falta me harán!
¡Qué perfume grato el de las rosas!, son hermosas sin espinas, pero si nos espinamos, sabremos que entre los dedos hay surcos de amapolas, que cuando se ponen blancas,nos roban de a poco la vida.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,mayo 26/14
En la esquina del silencio ocultó su rostro entre las manos llenas de cicatrices, de heridas que marcaron las muchas espinas de los árboles, los azahares esconden entre las hojas enormes espadas que si no te cuidas, teherirán doblemente, y así lo vi, poco cabello, pinta para obispo dentro de poco, delgado, barba un poco descuidada, suspiros y suspiros, tal vez le duele el pecho, y no me lo ha contado.
Aceleró la marcha, hizo mercado, trajo frutos del bosque,hoy si se dan cuenta, no me he quejado. Los años hicieron mella en los dos,mi cabello plateado, me lo dejé largo porque me da la gana, que no venga una prima o una amiga, o una vecina a decir que son feas,¡son mis greñas!, ya me estoy poniendo vieja, pero siempre he actuado con libertad,pueda ser que mañana, cuando una fiesta se presente,decida que seré rubia por un mes, en tanto esa corona blanca no asome para delatar que no soy tan joven como la apariencia enseña.
Joyas no luciré, algún hifueputa se las llevó, falta sí le hacían y el hambre les calmó, o para comprar vicio puede ser, que el humo se lleve el amor que tenía por ellas, y se desvanezca como algún día lo haré yo también.
Zapatillas, ya no aguanto, me pondré los zapatos viejos para que no me duela la vida y no se ampollen mis pequeños pies, llevaré un bolso prestado de lujo, un vestido, pueda ser, sino en la percha hay unos tantos que me coloco por si va a llover.
Cada quien mirará qué hace, una fiesta nos hará vernos a los ojos, que no sea de cofres de madera,esos ya no me gustan, porque nos encontramos con la familia cuando hay un revés.
Todos dicen que son buenos,que nos aman, pero lo primero que mirarán, serán mis pies, si llevo un bolso de marca, si tengo pestañas postizas, si mi perfume es fino o es el mismo pachulí de siempre, si tengo asomada alguna cana o si las tengo sin pintar,si mis piernas son peludas y es dulce mi andar, si mi voz todavía es entre chillona y ronca, si sonrío, si lloro, y por si acaso para disimular: ¡qué linda que estás!, no te han pasado los años, ¡linda gaviota, qué grácil tu andar!.
Ha terminado todo, la fiesta era de azahar, perfumadas flores, copas de champaña para brindar, y un poco ebrios nos vamos,¡hagámonos los pendejos!, ¿esa vieja en donde está?, ¡tan creída!, ¿viste como venía llena de joyas?, ¡vanidosa!, ¡siempre me ha caído gorda!, la saludo por no dejar, lo cortés no quita lo hifueputa, y grosera no ha dejado de ser jajaja!
¡Vayámonos comadre!, creí que sería mejor la fiesta,no es que desagradecida sea, pero en el sobre eché veinte mil pesos, ¡mañana falta me harán!
¡Qué perfume grato el de las rosas!, son hermosas sin espinas, pero si nos espinamos, sabremos que entre los dedos hay surcos de amapolas, que cuando se ponen blancas,nos roban de a poco la vida.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,mayo 26/14
Imagen Internet
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