YO TAMBIÉN 2
Te he soñado tantas veces,
puedo decir como ella: yo también
al pasar el tiempo y sentir tu dulzura
más no lo sé, me encojo sobre mí
parezco niño que busca un abrazo
y se queda entre los propios,
cual si estuviera en el vientre de una madre.
Yo también puedo decir que es raro
más solo una mujer soñadora, sin piso
porque él se mueve en cuanto llegas
y pareciera que las nubes no existieran
ni el sol ni las estrellas,
pues eres ese cielo de mis anhelos.
¿Sabes qué amor?...
Te imagino conmigo
caminando tal vez bajo secos árboles
tus gaviotas las conozco, hasta tienen nombre
tus manos las descubro en mi piel cuando te pienso,
pero a veces, pareces ausente
mientras soy flama en deseo por ti.
Pecar, ¿quién me puede condenar acaso?
no fui yo quien pidió amarte,
más recuerdo todo inició en un poema
ahí nos lanzamos pequeñas rocas
y al fin, nos vimos, ¿o sería yo quien te vi?
Pero te has quedado cielo mío
siendo mi estrella y mi lucero azul,
si mañana te tienes que ir,
un pequeño duelo estará aquí
y él te mantendrá vivo
en mi corazón.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 28/14
Internet, imagen.
puedo decir como ella: yo también
al pasar el tiempo y sentir tu dulzura
más no lo sé, me encojo sobre mí
parezco niño que busca un abrazo
y se queda entre los propios,
cual si estuviera en el vientre de una madre.
Yo también puedo decir que es raro
más solo una mujer soñadora, sin piso
porque él se mueve en cuanto llegas
y pareciera que las nubes no existieran
ni el sol ni las estrellas,
pues eres ese cielo de mis anhelos.
¿Sabes qué amor?...
Te imagino conmigo
caminando tal vez bajo secos árboles
tus gaviotas las conozco, hasta tienen nombre
tus manos las descubro en mi piel cuando te pienso,
pero a veces, pareces ausente
mientras soy flama en deseo por ti.
Pecar, ¿quién me puede condenar acaso?
no fui yo quien pidió amarte,
más recuerdo todo inició en un poema
ahí nos lanzamos pequeñas rocas
y al fin, nos vimos, ¿o sería yo quien te vi?
Pero te has quedado cielo mío
siendo mi estrella y mi lucero azul,
si mañana te tienes que ir,
un pequeño duelo estará aquí
y él te mantendrá vivo
en mi corazón.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 28/14
Internet, imagen.
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