LAS FLORES
¡Qué bonita la señora!,
así contemplaba mi madre las flores,
hablaba con ellas, las acariciaba…
decía que la voz de Dios,
era su perfume.
Si le hablas a las rosas, ellas te responderán
algunas veces te herirán sin culpa
pues su belleza, es un don lleno de espinas.
¿Quieres un rosal?
debes tener cuidado con ellas,
necesitan riego, abono, cada día
y ante todo, mucho amor,
de lo contrario, morirán tristes,
no crecerán ni tendrán una primavera.
¡Háblale a las flores con amor!
ellas son mujeres que se han ido
pero regresan para alegrar los días al hombre
para perfumar sus corazones,
y regalar miel al pasajero,
que enamorado, llega y marcha
dejando un beso en su alma.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 2/14

Azucena.
así contemplaba mi madre las flores,
hablaba con ellas, las acariciaba…
decía que la voz de Dios,
era su perfume.
Si le hablas a las rosas, ellas te responderán
algunas veces te herirán sin culpa
pues su belleza, es un don lleno de espinas.
¿Quieres un rosal?
debes tener cuidado con ellas,
necesitan riego, abono, cada día
y ante todo, mucho amor,
de lo contrario, morirán tristes,
no crecerán ni tendrán una primavera.
¡Háblale a las flores con amor!
ellas son mujeres que se han ido
pero regresan para alegrar los días al hombre
para perfumar sus corazones,
y regalar miel al pasajero,
que enamorado, llega y marcha
dejando un beso en su alma.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 2/14

Azucena.
Ella no sabía,
que en el fondo de su corazón,
un alma le respondía,
con olor a orquídeas.
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