¿Y YO?
Entre verdes encendidos la vida me sabe a dulzura…
¿Escuchas el ruido del bosque ahora?
Campanitas de navidad ocultas entre las rocas
Sonajeros de corazones pequeños, que viven y cantan
¡La vida!… maravillosa y divina llena de colores y espigas.
Aquí estoy… me huele a lavanda el bosque…
Este ramito soñado es para ti, mi amor de sólo imágenes
Fantasías que van y vienen, con la aurora de soles viajeros
De lunas fantásticas, enredadas en plumas de búho
Que parecieran gritar silenciosos te quiero, con sabor a sal.
Las flores con sus lágrimas guardadas como yo
Tan solo para un imposible amor
Desnudas y prisioneras entre raíces
Para morir al caer la tarde, perfumando aún más…
Riachuelo que veloz te alejas… dile que lo quiero
Llega una esmeralda viva y toma de su miel
Baña sus alas con tímida gracia calmando su ardor,
¿Y yo?... sólo pasar mi lengua por la boca
Imaginando contigo escondida por ahí
Solos… en compañía de la luna y las estrellas
Pegados en un beso.
Correteando por entre praderas como potrillos jóvenes
Oliendo de todas las flores amarillas y rojas
Con vaivén de danzantes niños con trajes nuevos.
¿Qué hago aquí ahora?
Volando… volando como una cometa libre
Pero atada a una cadena, que de a poco se oxida y vence…
Se empeñan las luciérnagas llevando mensajes de amor
Se abren los brazos en oración y placer, al escuchar tantos trinos
Al sentir la magia del bosque convertido en paz y sosiego…
¿Y yo?... otra vez aquí… una noche más sin ti…
El colibrí tan pequeño y feliz, tan radiante como la luz del sol
Pequeño juguete que recibe miel de todas, y con ninguna se contenta
Para seguir su paso de caminante de los aires
Dejándome triste y desconsolada de nuevo…
La flor de loto anhelante abre su traje y se desnuda para él
Sus verdes hojas le consienten y complacen
Multiplicados los besos en un lago oscuro presiente la muerte
Y al rato… con la tranquilidad y paciencia de su tiempo cambiante
Se deja llevar de la brisa que le toque, y oculta el rostro ante la noche
Para despertar al otro día con vestido nuevo.
¿Y yo?... siempre para ti… pero no llegas
Parecieran suspiros que se roba el día y guarda la sombra
Se desvían por el cauce de la vida y los persigo
Como mariposa, tras la miel de las pocas flores que alcanza
Y el cisne solitario que perdió a su amante…y todos pasan
Con una historia de amor…
¿Y yo? Me deslizo suavemente entre las flores del camino
Dejo que me bañe la lluvia de un nuevo día
Serpentinas de colores bajan entre el sol, y el polvo cósmico
Esperándote…siempre… con mí traje desteñido…
Tras la misma reja, en la misma puerta del ayer.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 16/14
¿Escuchas el ruido del bosque ahora?
Campanitas de navidad ocultas entre las rocas
Sonajeros de corazones pequeños, que viven y cantan
¡La vida!… maravillosa y divina llena de colores y espigas.
Aquí estoy… me huele a lavanda el bosque…
Este ramito soñado es para ti, mi amor de sólo imágenes
Fantasías que van y vienen, con la aurora de soles viajeros
De lunas fantásticas, enredadas en plumas de búho
Que parecieran gritar silenciosos te quiero, con sabor a sal.
Las flores con sus lágrimas guardadas como yo
Tan solo para un imposible amor
Desnudas y prisioneras entre raíces
Para morir al caer la tarde, perfumando aún más…
Riachuelo que veloz te alejas… dile que lo quiero
Llega una esmeralda viva y toma de su miel
Baña sus alas con tímida gracia calmando su ardor,
¿Y yo?... sólo pasar mi lengua por la boca
Imaginando contigo escondida por ahí
Solos… en compañía de la luna y las estrellas
Pegados en un beso.
Correteando por entre praderas como potrillos jóvenes
Oliendo de todas las flores amarillas y rojas
Con vaivén de danzantes niños con trajes nuevos.
¿Qué hago aquí ahora?
Volando… volando como una cometa libre
Pero atada a una cadena, que de a poco se oxida y vence…
Se empeñan las luciérnagas llevando mensajes de amor
Se abren los brazos en oración y placer, al escuchar tantos trinos
Al sentir la magia del bosque convertido en paz y sosiego…
¿Y yo?... otra vez aquí… una noche más sin ti…
El colibrí tan pequeño y feliz, tan radiante como la luz del sol
Pequeño juguete que recibe miel de todas, y con ninguna se contenta
Para seguir su paso de caminante de los aires
Dejándome triste y desconsolada de nuevo…
La flor de loto anhelante abre su traje y se desnuda para él
Sus verdes hojas le consienten y complacen
Multiplicados los besos en un lago oscuro presiente la muerte
Y al rato… con la tranquilidad y paciencia de su tiempo cambiante
Se deja llevar de la brisa que le toque, y oculta el rostro ante la noche
Para despertar al otro día con vestido nuevo.
¿Y yo?... siempre para ti… pero no llegas
Parecieran suspiros que se roba el día y guarda la sombra
Se desvían por el cauce de la vida y los persigo
Como mariposa, tras la miel de las pocas flores que alcanza
Y el cisne solitario que perdió a su amante…y todos pasan
Con una historia de amor…
¿Y yo? Me deslizo suavemente entre las flores del camino
Dejo que me bañe la lluvia de un nuevo día
Serpentinas de colores bajan entre el sol, y el polvo cósmico
Esperándote…siempre… con mí traje desteñido…
Tras la misma reja, en la misma puerta del ayer.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 16/14
¿Quién conoce realmente la historia tras la puerta?...
La sombra que le sigue y apacienta...
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