¿QUÉ TENGO?
¿Qué tengo para hoy? La sorpresa de un nuevo día la brillantez del sol ¿angustias?...cada segundo una nueva, pero también, un poco de energía para asumir lo que toque, con el rostro en alto.
Tengo una flor para observar... la tarea que espera por mis manos, una pared en blanco para llenar, y las letras de un gran diccionario.
La oportunidad que otros no tienen, mis piernas para caminar, mis ojos para detallar que soy hermosa que mi piel parece de seda, y mi pico parece de oro, a mi madre... Mi divina madre un aliento para mi corazón.
Tengo para hoy una esperanza... se concreta con el aire que respiro, se afianza con la luz de una vela encendida, de una lámpara que renueva el aceite...
A ti amor mío... Que cada día te levantas, que a pesar de mis pecados me perdonas para que pueda gritar una alabanza, ¡que se escuche!...¡que se sienta!... como el arrullo del mar sobre las rocas.
Tengo una familia por quien luchar, a quien entregar mi vida y mis sueños... un cuerpo anhelante de caricias, unos labios que esperan un beso ardiente.
Con todo lo que tengo soy rica, no necesito de la fiebre de otros... me alienta un libro de letras pequeñas, donde alguien escribió tus palabras.
Y así... ¡qué bello mi nuevo día! No sé si sea el último, pero es lo que tengo... mí ahora... mí ya... Para vivir a plenitud aliviada bajo un árbol, viendo una gaviota volar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 15/13
Publicado por RAQUEL en 19:34
Tengo una flor para observar... la tarea que espera por mis manos, una pared en blanco para llenar, y las letras de un gran diccionario.
La oportunidad que otros no tienen, mis piernas para caminar, mis ojos para detallar que soy hermosa que mi piel parece de seda, y mi pico parece de oro, a mi madre... Mi divina madre un aliento para mi corazón.
Tengo para hoy una esperanza... se concreta con el aire que respiro, se afianza con la luz de una vela encendida, de una lámpara que renueva el aceite...
A ti amor mío... Que cada día te levantas, que a pesar de mis pecados me perdonas para que pueda gritar una alabanza, ¡que se escuche!...¡que se sienta!... como el arrullo del mar sobre las rocas.
Tengo una familia por quien luchar, a quien entregar mi vida y mis sueños... un cuerpo anhelante de caricias, unos labios que esperan un beso ardiente.
Con todo lo que tengo soy rica, no necesito de la fiebre de otros... me alienta un libro de letras pequeñas, donde alguien escribió tus palabras.
Y así... ¡qué bello mi nuevo día! No sé si sea el último, pero es lo que tengo... mí ahora... mí ya... Para vivir a plenitud aliviada bajo un árbol, viendo una gaviota volar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 15/13
Publicado por RAQUEL en 19:34
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