lunes, 3 de febrero de 2014

LIDIA PEREDA

LIDIA PEREDA 

Mi amiga se fue a navegar, 
con un marinero en su estar
tiene sonrisa de loba
y ahora la escucho aullar.

Mi amiga no quiere hablar
porque le duele todo,
Y culpa a los rayos dañinos
que a veces nos toma el descuido.

Soy paciente para esperar
pues sus charlas son como estrellas de mar
sin brillo las veo pasar,
más es su belleza interior lo mejor.

Que te alivien caricias renovadas
un tinto servido en su cama caerá bien
el desayuno llevará su amor
y ella, como niña, se contentará.

Salud regala el descanso
la música donde no haya voz
el cantar que traen las olas
y una oración al Señor. 


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 31/13

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