martes, 18 de febrero de 2014

HOJAS SECAS

HOJAS SECAS

17 de febrero de 2014 a la(s) 9:01
Hace brisa fuerte y fría, las hojas caen una tras otra, y se las trata como basura…

Alguien se antoja en tener su balcón limpio, si lanza las hojas secas sobre mi estancia, y un poco molesta estoy, cuando los niños lo hacen, y los adultos no los corrigen, pero pasado el enojo las observo… realmente son hermosas, y debieran ser tratadas con más respeto, pues ahí, en cada una de ellas, estuvo el alma de una madre, de un hijo, de un hermano.

Me senté entonces un momento, y dejé que la brisa fría me tocara, y descansé de la rabia, del enojo, para estar ahí viéndolas caer, temblorosas y danzantes, mientras se desprendían de su árbol de la vida.

¿Por qué bailan tan hermoso las hojas al caer?
Hoy las vi lindas, lo más bello que he detallado en muchos años, y no sé la razón, ha de ser que un bicho raro ha picado mi corazón.

Los niños traviesos se esconden tras sus madres, y sonrío un poco, no ha pasado nada… mañana otro las recogerá por mí, porque no tengo el vicio de limpiar mi espacio de las hojas secas, pero tampoco de acomodarlas en el espacio de otro, como si fueran la basura que a mí me estorba.

Vi que las hojas secas también se encuentran, se tocan, se acarician inclusive cuando caen desnudas y vencidas, y simplemente se dejan ser, quieren seguir danzando, como gritando que las dejen bajo un árbol, que no las boten ni las quemen, porque ellas son el abono para que nuestra madre esté bien, y puedan nacer muchos más, y puedan ellas ser cobija de un ángel volador, o de una mariposa que tampoco es gusano, simplemente se arrastra porque su destino tiene una marca, y una señal, que nos pondrá de rodillas, cuando abra su cárcel, y descubra, que su vida de un instante, es lo más bello que existe.

El huracán las toma de nuevo y se las lleva… todas tiemblan como si la vida hubiese regresado… así como temblaré, cuando una hoja a punto de caer se encuentre con la mía, y se toquen, y sientan a través de ese suave viento que las lleva, que la providencia está ahí, y que los mensajes están escritos bajo hojas secas…o sobre ellas.

No puedo dormir…creo que son las 3am, una noticia nueva, y esa inquietud de un Harvey de muchos años perdido, una hija, un reencuentro, unas balas asesinas, me dejan pensando que debo escribir esa historia de vida, para que otros no cometan por soberbia el mismo error.

Dos hojas se tocaron, padre e hija, y él descubrió que era abuelo, y que muchas personas lo esperaban, para dar  un abrazo, no era él la hoja que había caído del árbol, sino alguien ligado con su familia, y esto me lleva a pensar,  que ciertamente Dios tiene algo para decirnos cada instante, pero que tenemos el rostro vuelto hacia lo vano.

Se ha cerrado de nuevo la puerta de mi propia alcoba, pero ya no me duele como otras veces…siento alegría, porque podré abrazarme con la hoja niña de ojos azules, que esperaba ansiosa mi tibieza.

Su perfume, es como el de una flor a punto de abrir… y al fin, entre sus brazos, muero un instante, hasta que el ruido aparece una vez más, y han dejado como bondad todos los trabajos terminados, para que pueda retornar a mi página en blanco de cada día.

Algo ha unido una hoja a punto de caer con la mía… no estoy triste…
Ya no… río a carcajadas, y el mundo gira y gira, y sigo pensando en ese punto llamado universo, y una sonrisa nueva atrapa mis locos pensamientos…

¡Lluvia eterna de mis ojos, ya no estás!… sólo parpadeas como una pequeña estrella, más no cae… espera cada orilla tuya, cada bosque y cada ensenada, quiere ser parte de un destino común y feliz, donde se tallen o se fundan las ideas, y nazcan desde las hojas secas, miles de poemas.

Tiemblo un poco y danzo… algo nuevo se mueve dentro de mi corazón,  aunque parezca hoja seca que se lleva la brisa…

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 17/14


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