lunes, 3 de febrero de 2014

ESPERÁNDOTE


ESPERÁNDOTE 

Cuando un hijo no llega a casa, 
Es como si al árbol le faltaran las flores y su aroma... 
¡Tengo miedo!, pero más, me aterra el cruce de la esquina, 
Donde el infortunio asoma 
Y la mano en la oscuridad acecha.

Estoy feliz, si mis aves regresan al árbol
Y puedo escuchar su cantar, y verlos sonreír,
A pesar de las brisas fuertes de éste momento.

Si estás... Mi ave querida...
Si escuchas el llamado que aprisiona mi corazón...
Sólo trina, para saber qué has retornado a casa.

Y estaba feliz mi cóndor, tratando de abrir sus alas...
Buscaba dorar su blanca piel,
Pero rojos encendidos lo encontraron de frente
Cuando en la tarde, el ocaso de púrpuras y naranjas
Le recordó que unos brazos lo esperaban
Viendo desde la misma reja oxidada...
En tanto se bordaba una oración.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 3/14

No hay comentarios:

Publicar un comentario