martes, 4 de febrero de 2014

CUANDO UN AVE CANTA

Foto: CUANDO UN AVE CANTA
(María Mulata- la hembra es crema, el macho será Mario)

Algo maravilloso me sucedió ayer cuando salgo a la puerta, un ave símbolo en la costa, son depredadores de otras aves, además los he visto comer roedores, palomas, escorpiones, etc., parecen chinos, lo que se mueva lo devoran, pero no fueran así, si estuvieran llenos, trabajan en grupo; si algún pichón cae, se vienen todos a defenderlo, ya pasé mi susto con ellos, pero cuando vieron que simplemente lo subí al árbol, se calmaron.

Pues bien... las aves nos entienden, o alguien estaba ahí, sus alas y su alma eran de un ser amado, pues cuando me vio, empezó a danzar y abrir sus alas de un negro que brillaba con el sol hasta parecer azul... le hablé, y se acercó un poco más, me dio tiempo a traer la cámara, le hablé suave, ¿hola amor mío, es para mí ese trino tan bello? y de nuevo inició, y pude tomarlo así, cantando, me emocioné mucho y quería simplemente compartir.

No grabé el espectáculo, no he aprendido a manejar bien la cámara, pero queda el recuerdo de mi amor sobre los gajos verdes, cantándole a una dama que sueña con verlos así...libres de jaulas y felices de rama en rama, como las gotas de rocío cuando llueve y pasan de hoja en hoja... dejando un beso para calmar la sed de los crudos veranos. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero3/14
Mulato trinando para mí. Imagen: Raquel Rueda B.



CUANDO UN AVE CANTA
(María Mulata- la hembra es crema, el macho será Mario)

Algo maravilloso me sucedió ayer cuando salgo a la puerta, un ave símbolo en la costa, son depredadores de otras aves, además los he visto comer roedores, palomas, escorpiones, etc., parecen chinos, lo que se mueva lo devoran, pero no fueran así, si estuvieran llenos, trabajan en grupo; si algún pichón cae, se vienen todos a defenderlo, ya pasé mi susto con ellos, pero cuando vieron que simplemente lo subí al árbol, se calmaron.

Pues bien... las aves nos entienden, o alguien estaba ahí, sus alas y su alma eran de un ser amado, pues cuando me vio, empezó a danzar y abrir sus alas de un negro que brillaba con el sol hasta parecer azul... le hablé, y se acercó un poco más, me dio tiempo a traer la cámara, le hablé suave, ¿hola amor mío, es para mí ese trino tan bello? y de nuevo inició, y pude tomarlo así, cantando, me emocioné mucho y quería simplemente compartir.

No grabé el espectáculo, no he aprendido a manejar bien la cámara, pero queda el recuerdo de mi amor sobre los gajos verdes, cantándole a una dama que sueña con verlos así...libres de jaulas y felices de rama en rama, como las gotas de rocío cuando llueve y pasan de hoja en hoja... dejando un beso para calmar la sed de los crudos veranos.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero3/14

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