GRITOS DE MUJER
Hay un grito de mujer ahogado dentro de mí, me dicen, no
lo diga, no lo repita... Puede ser peligroso, parecen buitres al acecho, pero
mis niños del cielo andan con hambre, entonces no los comparo con ellos,
parecen hombres muertos, sin alma, que sólo nacieron para el mal.
Mi grito se ahoga, parece que muere dentro de mí, como
mueren las esperanzas de un pueblo cuando los corruptos son quienes dominan
todo...
Me pregunto: ¿vale la pena?... Estamos sin garras ni
alientos para luchar, y al fin grito con mi último aliento:
¿Habrá un país que me reciba con mis hijos?, me quiero
ir, necesito un empleo digno para ellos, que puedan estudiar donde no tenga que
empeñar lo poco que tengo, que puedan trabajar sin ser explotados, que puedan
tener sueños, y no como mi generación, tan pisoteada, los sueños se van por las
cañerías de los dueños de todo...
Y ahora... ¿Quién podrá defenderme?... Ni siquiera eso se
puede... Porque los seres sin alma están al acecho de cada palabra escrita, de
cada reclamo y cada voz...
Le dejo a la brisa mi reclamo, porque a ella no la podrán
asesinar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 14/14
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