A NICANOR PARRA
Ya te vi amigo, temblar junto a los Mapuches
Por un pedazo de tierra y un derecho digno
En donde ataja el ruin, la gracia de ser humano
Dejando de recuerdo tus versos,
Con el eterno picante pintado por tus manos.
Me quedo aquí, viendo qué escribo…
Tan ignorante soy que ni conocía tu nombre
De tan insigne varón, tal vez un totumo con chicha
Y del guarapo de caña, una bendición más noble.
Salve poeta, precursor de anti poesía…
¿Qué será aquello que me tiene presa
Y con tan poca sabiduría?
Lidiando con trastes viejos, escribo mis pocas letras
Invocando del poeta su gracia y su maestría.
Leí sobre una copa de vino, sobre las uvas negras y claras
Puedo decir también, que ya no tengo rubores
Se quedaron en los tintes de rojo encendido
Entre la carne que arde, se busca un mejor vestido
Y en los atardeceres, vuelan las garzas blancas.
Y en esta prisión, donde todo es imaginario
Repaso veloz un verso que me ha dejado privada
Imaginando que imaginas que de ti no sabía nada.
Puedo también decir que cuando no se ama de veras
Es como si de nada sirvieran los versos cuando se extienden
Más viene quien todo lo vende,
Pues de sus ganas puede, ofrecer hasta las nubes
Y encontrar un comprador, aunque ninguno lo entiende.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 8/14
No hay comentarios:
Publicar un comentario