viernes, 12 de abril de 2013

UN ÁGUILA [109]


UN ÁGUILA [109]

Con  los ojos cerrados otra vez.
Sólo hay silencio y me antojo de mar,
advierto en el brillo de la vida una esperanza
y abro mis alas…

Cual águila de ojos dorados te observo,
ausente a éste ciego amor, 
desnuda ante ti.

Me aviento con fuerza, 
este último aliento de amarte tanto
para tomar un poco de tus labios
con cada sombra que te recuerde.

Y  ahí estás, 
siento tu tibieza, ajusto mis garras,
 mi corazón prendido del tuyo
tu palpitar en mí y  esa tibieza encendida
y decido volar… siempre volar,
alejarme de éste bullicio, 
apartarme hasta ese alar mágico
donde sólo habitan los sueños 
y siempre estarás.

¡Llévame  brisa!  
¡Susúrrame un verso de amor!
Soy una hoja, una pluma, 
hasta donde mi destino se antoje.

He visto grandes montañas, 
aún más elevadas que los sueños,
 hacia ese cerro inmenso me dirijo,
es allí donde estará mi paz.

No temo a las rocas
 ni al beso de los huracanes,
no le huyo a nada ni a nadie… 

Me espanto ante ojos malvados
para descubrir cerca del sol 
que ahí estás.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril  12/13











No hay comentarios:

Publicar un comentario