TENGO
QUE REÍR [130]
En
medio de la carga del día
que
hoy se la llevó “el primero”,
debo
admitir que es mejor reír,
pero
llorar alivia el pecho.
Escucho
a Cortázar, ¡qué gran vicio!
Sin
tomar los humos venenosos
sino,
cómo robar el alma de un poeta
para
nutrirme de ella.
Vamos
despacio... ¡quítate las sandalias!
Caminaremos
sobre la tibia arena,
tal
vez mañana el mar me sorprenda
con
esos besos sobre la piel desnuda
tomando
una linda caracola.
No
llores más por hoy...
Espera
que tu estrella surja,
la
he visto rondar por la rivera,
parece música de río cristalino
que
entre sus aguas palpita y suena.
Me
voy un instante…
La
música divina sigue sonando,
¿esperará
el incierto regreso?
Quiero
estar aquí por siempre,
más
no me gustan las despedidas.
Ponte
carmín en los labios
píntate
un poquito las cejas…
Tu
perfume, no debes olvidarle,
será
como si una flor pasara
y la
dama parca te siguiera.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 3/13
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