MORIR
[138]
Nadie
muere,
se
transforma una flor en otra
idénticas
parecen, colmadas de aromas,
y
al caer de un cofre de madera
brotan
sobre la cima pastos verdes
con
otros pimpollos en inventada primavera.
No
se va quien vive…
Estás
aquí en éste viejo corazón
eres
las campanas de una iglesia vieja/su recuerdo es perenne.
Su
doblar no es triste,
es
un añorar que ayer como hoy,
la
muerte es una cofia
asomando
por un precipicio,
despidiéndose
con él.
Estás
aquí ahora,
precioso
el día impregnado de aromas y cuentos.
Hojas
y más hojas del mismo árbol
renovadas
y cetrinas, siempre jóvenes.
Parecen
querubines
en
un interior de blanca espuma,
que
retornan con las estaciones,
para
advertir a todos, que nadie muere,
sólo
se transforma en energía.
Hoy
eres un ruiseñor en mi ventana
o mariposa de colores, que maja y dulce,
parece
danzar por la rivera.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 2/13
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