viernes, 1 de noviembre de 2013

A UN ÁRBOL [139]


A UN ÁRBOL [139]

A ti compañero de camino
que tantas cosas has visto,
a quien demasiado hieren y castigan
con la espada de la ambición,
mutilando tu preciosa vida.

A ti que sirves para guardar la muerte
con tus alas verdes siempre abiertas,
al frescor cobijando miles de vidas,
sueños que despiertan cada día
declamando oraciones en tus ramas,
pero alguien decide que no serás
y sin dolor te causa mil heridas.

¡Qué vano es todo…!
Me abrazo de tu fuerte talle
pero al verte, como un Señor caído,
adivino a un crucificado,
como tantos hombres que pasaron como tú
siendo robles, ceibas, caballeros  del bosque,
reyes de la montaña,
más el ruido de un arma  truncó sueños
y desprendió ramas sin permiso.

Vamos los dos, unidos algún día,
serás mi compañero de mi viaje final.
Volveremos a la tierra, desnudos y fríos,
con un tallado de hojas en tu vientre,
yo, con un vestido blanco,
y unas rosas rojas.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 1/13




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