martes, 26 de noviembre de 2013

HABÍA UN ROSAL [27]

HABÍA UN ROSAL  [27]

Tanto he hablado de mi casa,
pero olvidé contarles que había un rosal
las flores hablaban con mi madre,
y al toque de sus manos
perfumaban más.

Había un rincón donde plantó margaritas
de dorado corazón,
glocinias, begonias, gladiolos,
pero lo más hermoso era su rosal
flores negras, blancas, rojas, amarillas...

Y sobre las tejas de ocre barro,
muchas orquídeas
que florecían sólo en mayo
para María.

En mi casa todo era simple,
 los granos de maíz para moler,
el olor a café, a chocolate,
a tortas, hayacas, chicha...

Había tanto por hacer,
que siempre me escondía.
Había un libro por leer,
un árbol por consentir,
un ave por divisar...

En mi casa
también rondaba un amor...
¿De ese amor qué fue?
Sólo un paso de nube de colores,
una mañana sonriente,
y una tarde llena de lágrimas.

Sí, ahora recuerdo
que en mi casa había un rosal...

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 26/13



No hay comentarios:

Publicar un comentario