domingo, 24 de noviembre de 2013

AL SOL [37]

AL SOL [37]

Hay un sol en cada músico,
un sonido grabado
en la conciencia de un órgano
y ante la magia de sus dedos
la vida de una melodía nace y muere.

A ti sol que me haces soñar…
Cuántas veces vienes para arder montañas.
si apareces sobre mi ventana
se esfuma la oscuridad, y regresa el ruido,
los cantores se agitan entre las ramas.

Bendito astro,
te escondes en un pentagrama.
A partir de ti sin conocer más,
surge la libertad.

Eres la voz de un dios
en esa pared en blanco y negro,
y la danza empieza.

El mundo sin música, ¿cómo sería?
¿La noche sin el canto del búho?
¿Sin el brillo de la luciérnaga
pareciendo una pequeña estrella
cómo lo veríamos?

Pero el músico enciende todo, alegra todo,
hasta la muerte parece tener vida
si un violín abre sus  alas
y vuela con lágrimas vivas,
llenando de dulzura el dolor.

¡A ti, sol!,  figura Dios en tu centro
y nada se quema ante tal resplandor.
todo es como la brisa, es alegría o tristeza,
según lo adivine el cantor.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 23/13


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