A UN GORRIÓN [67]
¡Si
pudiera caminar al son de otros!,
Pero
nadie la verdad puede contemplar.
Me
quito las enaguas,
para
mostrarle al mundo
que
sin máscaras vanidosas,
puedo
caminar.
Más
no descartes de mis ojos las verdades
ni
una sonrisa me quiera atrapar;
levanta
el rostro que amanece,
y
un suspiro me has podido regalar.
No
comulgo con la soberbia ajena,
me
quedo en casa un rato más;
tengo
una tarea, y es ser pequeño
entre
voces demasiado grandes,
para
que me escuchen cantar.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 17/13
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