Publicado
por Raquel en 15:51
PRÉSTAME
UNA IMAGEN [69]
En
mi blanca pared busqué una imagen, quería tomarla prestada un instante, pero
todo tiene dueño y es real, en un mundo de ilusiones donde vivimos, en éste
paraíso de sueños que a ratos duele, y entonces abrí mi puerta de par en par.
Los
vecinos gritan, toman y se emborrachan. Hoy no está el volumen del equipo a
toda, y una calma rara, de tranquilidad en día festivo. Ganadores parecemos de
sueños ajenos, de estrellas que soñamos para nosotros, pero vienen otros y se
las llevan…
Mi
árbol de mamoncillo amado, mi casa sin la reja principal, esperando la sorpresa
de colocarla, esas pequeñas esperanzas del día, que se derrumban en la noche,
con la pesadilla de un despertar y el anhelo de ser feliz.
Por
hoy no será más, dejaré que mis manos descansen, que retorne el silencio al
cerrar los ojos, desconecto el teléfono, me aparto del ruidoso mundo, para festejar
al rato el cumpleaños de Camilo, el hermanito de Anderson, y continuar
viviendo, soñar de nuevo que somos felices en medio de críticas y desengaños
del día a día, pero aquí vamos, quiero viajar lejos, apartarme un poco de lo
mismo para vivir de nuevo en un bosque de verdes praderas, entretenida con
pequeñas cosas que me hacían feliz, tomando caracoles del camino, viendo
orquídeas amarillas, mariposas de todos los colores…
Me
doy cuenta que todo es prestado, hasta la vida, un rato nada más, pero no
comprendo la razón por la que estoy triste, siempre quiero estar en mi blanca
pared dejando mis melancolías, tal vez sean las mismas de todos, en otra
estancia, el mismo dolor de pecho, la misma angustia de un mañana que tal vez
nunca llegue, porque mañana siempre es un hoy repetido...
Abro
la boca para decir “te quiero”, a donde sea
que estés amor, a donde mi voz no te asombre ni sea molesta mi
presencia, a ese huerto quiero llegar, a ese lugar lleno de cantares, donde no
me anime la soberbia y el enojo de otros a llorar, y estar apagada, abro las
puertas de mi casa de par en par para que salga el odio, la mentira, el engaño,
y mis brazos, para que arribe la barca que me llevará al puerto que tanto he
soñado…
Tu
tiempo pasó detrás de tus mariposas de colores, ahora busco el mío, a la sombra
de un olivo con el acierto de un mar azul, ahí las rocas se dejan besar, y los
alcatraces van y vienen, buscando sueños bajos las olas, para después
remontarse de nuevo y desaparecer.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
octubre 14/13
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