PERFUMES/A
un colibrí albino [127]
Me
antojé de los perfumes de octubre
y
entre todas las oraciones escogidas, llegaste,
blanca
joya caída del cielo,
perla
de madre para nuestro consuelo.
Vienes
mi niño con el aura blanca,
te
enredas en mi poesía, me abrazas.
Un
susurro de viento son tus alas,
entre
tu pico un rubí,
entre
tus pies una rosa encendida.
Alégrate,
/me dices /de tus alas un aleteo veloz
suave
copo de algodón,
liviana
nube que recorre sin prisas
visitando
de mi huerto elegías blancas
para
llevar de paso a mi madre una sonrisa.
No
hay afán, el sol no se muda…
La
luna es la misma torta de queso,
las
estrellas son niñas coquetas,
van
y vienen regalando deseos,
pero
ellos se enredan,
entre
los aromas del tiempo.
Mira
esta noche que estaré más brillante,
mis
tonos violeta serán un reencuentro
y
entre los grises de un día,
si
al empapar la lluvia tu almohada,
sientes
un beso con aroma a madrugadas,
son
los besos de un niño paciente
que
se viste de blanco traje,
usa
escarpines de seda
y
carga en su pico
una
flor para mi amada.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
octubre 2/13
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