MI ROCA [146]
Aquí, con el ruido de otra tarde
del cielo parecieran llover rocas,
se estrellan en su viaje las nubes
y envían destellos de colores.
Recuerdo qué difícil es la vida,
amamos a pesar de todo
y el odio es el veneno que mata
muchas veces sin razones.
Desde mi enorme roca golpean las olas.
Blancas perlas se lleva el viento,
de nuevo aquel rico aroma,
el de la vida que se antoja
de lágrimas salobres
y besos húmedos.
Detallo el mar desnudo y solitario,
es un joven amante para las novias solas
y abro mis alas.
Un beso ardiente me hace suspirar
para cerrar los ojos y emprender el vuelo.
Los descubro a todos, ¡a veces tan extraños!,
dicen que son buenos,
dicen que son malos,
pero al llegar de la parca,
con su sonrisa mundana
todos nos volvemos pálidos,
aún bajo la cama.
Mi roca es todo para mí…
Retorno a ella, un aroma me habla,
dice que regresa en una enorme barca
para que al fin descanse de éste viaje
donde prisionera entre rejas parezco,
a pesar de tener alas.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 1/13
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