LA
NANA LUNA/A Miguel Hernández [90]
Y
a mi Nana Luna le pedí un caldo
que
con las estrellas alivió mis ansias.
¡Cálmate
niño!, ¡aúlla tus hambres!,
en
tanto bajan de arriba, aguas dulzonas,
y
de tus ojos saltan sales de madre.
Entre
los antojos de saciar gulas viejas,
un
trozo de torta… ¡parece de queso!...
Parece
el maíz amarillo, que nació en el cielo
y
con mis ojos siembro y con ellos riego.
Mi
Nana Luna: ¡Calma mis temblores!...
Como
aquél poeta entre barrotes viejos
donde
sus niños serenaban sus ganas,
con
caldos virgen, ¡llenitos de versos!...
Raquel
Rueda Bohórquez
Colombia,
octubre 12/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario