FUEGO [87]
Mudo
de piel mientras me quemo
¿en
dónde estarán las manos?
se
han ido todos, y son perversos mis labios
está
encendido mi cuerpo,
es
una llamarada viva, que me consume.
Tráeme
tus labios para aliviarme...
Déjame
un poco de tu pecho para curarme.
Deliro
y en mi delirio todo se confunde,
sólo
rojos, púrpuras entre mis sábanas
y
dejo que el agua me bañe, pero nada pasa.
¿Será
que moriré en un instante, sin verte?
Soñé
que era un pastizal reseco y me encendía,
mis
labios se revientan, tengo sed de los tuyos,
advierto
la soledad que me quiebra de nuevo
y
entonces, ante el espejo me desnudo.
Ni
el ventilador me calma, ni el hielo,
ni
las drogas que penetran por mi casa
y
entonces en un ruego te suplico amor mío,
quiero
que estés conmigo pronto;
caminar
de tu mano y consumirme
ser
carbón y ceniza,
entre
tus brazos.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
octubre 11/|3
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