miércoles, 30 de octubre de 2013

ABRE UNA FLOR [4]

ABRE UNA FLOR [4]

Ahora, en el instante del silencio,
abre una blanca flor a mi oído.

¡Su perfume es tan fresco!
Su aroma huele a tibio regazo
a pechos de madre,
a beso en la frente…

Abre una flor… ¿la sientes?
Sobre mi espalda un abrazo.
Parece de luz del cielo, de ojos verdes,
cierro los ojos, para verte,
¡tan pura mi reina!,
¡tan de noble estampa!

¡Qué bella eres mi niña pequeña!
Tan enclenque ayer, tan dolida…
Y ahora, al abrir una flor, un colibrí te besa,
ya no hay tristeza si la brisa,
si el aura violeta…

¿Es una cayena?... ¡parece una rosa!
¡No!, es una flor de loto, blanca, pura…
Regresó un instante para ver el sol,
el mismo que me la robó de los brazos,
y la hizo volar en alas de  gaviota.

Abre una flor sobre el cáliz de mi corazón
tiene el aliento del amor.
Es mi madre vieja quien retorna
siendo un lirio,
o un vencejo en primavera.

Es ella, ¡lo sé!, quien me ha dado un beso
para dejar su aroma en mi estancia
y regresar al huerto.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 30/13






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