SER FELIZ [95]
Puedo ser feliz en la medida que acepte, que
no soy para otros, lo que ellos para mí...
Puedo cantar, reír y llorar muchas veces, con
la música, la poesía, el dolor ajeno,
con las palomas que parecen niñas pálidas buscando un mendrugo de pan, y se
acercan a mi hogar para aliviarse.
Si soy feliz con lo poco, no tendré necesidad
de más, ni de dinero, de cosas, de sueños, pues todo sueño tiene un final, y el
final es inevitable.
Seré como una mariposa que abre su cárcel,
radiante y primorosa, sin saber lo bella que es, y así, volando de flor en flor,
disfruta sus instantes, y así también cae, sin renegar, sobre una hoja que va
con el viento...
Soy feliz porque estoy viva, porque siento
dolor y alegría, pero entonces me pregunto:
¿Por qué me duelen tanto los desaires,y me
confunde un nuevo día, tan lleno de trabas cada vez?
Detallé una imagen de María, y sé que ella
está en un rincón de mi hogar, no es el rostro que todos pintan, su voz es el
aroma a rosas que siento de vez en cuando, su aliento es el cantar del canario
prisionero, y mi consuelo es elevar una oración.
Soy feliz, porque es el propósito de cada
segundo, tal vez muera en el intento, pero estar aquí, suspirando, ya es un
motivo para serlo.
Ser feliz es una realidad que todos ven de
diferente manera, creo que vivir debe serlo, pero somos seres inconformes,
siempre buscamos más, y en la fuente de una cascada, entre los cafetales en
flor, entre los platanales con los toches construyendo nidos, estaría lo que
busco, pero el dueño de mi aliento me ordenó que era en éste sitio, en donde
debía aprender a serlo.
Un ardor en las manos y me invita a llenar una
página de letras, mis torpes letras de cada día, no sé si tengan alguna razón,
o puedan servir, pero aquí, hallé un poco de felicidad, y estoy abriendo los
ojos a éste despertar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 13/13
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