lunes, 2 de septiembre de 2013

EL DUELO [143]


EL DUELO [143]

Se apuestan las cabezas
de atorrantes peleadores,
y vayan a ver señores,
¿por mí quien canta una apuesta?

Por lo que es con ésta,
todavía no ha nacido
hombre muy bien parecido
que se sienta vencedor
sin ajustar las cuentas.

Y en una caja de madera
de buen pino tapizado,
llevan con buen candado
dos enormes fusiles.

El uno tiene rostro de dama,
el otro de macho empedernido,
y bajo un acolchado púrpura,
parece que están dormidos.

Se dio una hora,
¡sería a las 10!,
pero ajustando a las 3.

El peleador no ha venido,
y tal vez pensando en mañana
y en el tiempo que le falta,
ha encontrado un nuevo nido
para correrme la apuesta.

¡Canten señores!...
¿Será una mujer vencida
por una lidia de amores?

Vayan pues, tomen asiento,
en tanto inicia el jumento
su torpe rebuzno
busco letras que se han quedado
en un viejo aposento.

Por si termina el cuento


me amarro bien las polainas,

¡Por si las botas!,
¡Por si las espuelas!

Soñando en Orihuela
con viejos pensadores,
tal vez mato a plomo sinsabores
y así me ajusto la vida.

¡Vaya y lo traen aquí!,
que quiero contarle un cuento
donde una mujer sin lamento
busca una buena razón
para jalar el gatillo
y con un par de versos
acabar a éste zurrón.

Pero ante tal valentía,
que ahora ya son las cuatro,
creo que de aquel muchacho,
no queda ni el cartabón.

¡Qué pesar!...
¡Gran desilusión!
Acabar con tan bello amor
cuando aún no había iniciado.

Preparen pues el asado
que habrá chicha y chicharrón,
traigan yuca y mojicón
para envainar con pescado,
y por si alguna ha quedado
en mala situación,
¡que venga con buena razón!,
¡a probar de mi bocado!

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, septiembre 2/13

No hay comentarios:

Publicar un comentario