miércoles, 25 de septiembre de 2013

A VECES [35]



A VECES [35]

Le pregunto a los astros en donde estás,
busco  refugio en un lecho reseco;
escucho sonidos que se agolpan y me hacen correr,
mi cabeza en un cúmulo de sensaciones,
y temo abrir la boca.

A veces me pregunto si existes…
Corro de un depredador implacable,
me estremezco  ante el ruido de la noche
y durante el día, tengo mucho miedo.

Arriba de todo estás,
/¿o estás  debajo de mi sombra?
Tal vez eres la mancha  que me sigue
en el instante del temblor en mis labios,
en el momento de mi agonía y  dolor.

Te busco y no te encuentro…
Tan gacela aterrada del mundo vivo,
¿Quieres hacerme daño una vez más?
Retira tu mano, porque alguien más fuerte,
alguien con poder, más profundo que el infinito,
llega un momento para quedarse en mis fiebres,
y retirar con gotas de rocío,  
éste fuego bendito.

Levanto el rostro como cervatillo,
pasos livianos entre los ocres del bosque;
ojos dorados tienen brillo de luceros,
doblo al fin las rodillas ante mi cansancio
y mansamente, espero…

¡Soy ahora tan feliz!
Era certeza que estabas en la brisa,
verdad que entre la lluvia fresca;
cierto, que entre palomas de colores
y herido como un árbol a punto de caer.

Veo tu rostro y tus ojos claros
al brote de un manantial,
susurro tu nombre y gritas el mío.
Eras hoy, eres siempre el sonido del mar,
el espacio todo llamado universo.

Desde aquí contemplo todo lo que existe
y proclamo el amor con un verso.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 25/13




No hay comentarios:

Publicar un comentario