martes, 6 de agosto de 2013

SONES [117]

SONES [117]

Me encantan las flautas
aunque cansada un poco
la música es un elixir para el alma
que todo sana, si es dulce y pausada,
como las aguas de mansa quebrada.

Antojada vivo de las montañas,
del sonido del tambor, de ese pecho tuyo,
que suspira por otra y me aleja...

¡Qué divino gajo de orquídeas!... ¿Lo ves?
Ahí entre las bromelias rojas
donde anidan  ranitas de colores.

Busco un motivo para hablar contigo:
¡Oye loco!, las barbas de San Pedro
casi tocan el suelo,
y lo besan las flores del campo,
se entretienen los niños de colores,
que van y vienen...

¡Una guacamaya azul!...
Mis Jacintos amados...
¡Tan bellos, bajo esas ramas secas,
donde hay brotes gigantes de flores blancas!

Y marchan... tan aprisa como llegan...
Sus ojos entre dorados trazos,
con gigantes picos que me llaman...

¡Voltea a ver esa divina cascada!
¡Mariposas de colores!
¡Corre Pierre y alcánzala!... eres el cazador
llévale una a mi princesa,
dale la pequeña a mi niño
y cuéntales que es implacable el dolor.

Baja de nuevo una cascada por mis ojos,
es un vicio recordarlos, en medio de carcajadas,
al terminar el sonido del viento
dentro de mi boca, en hondo suspiro,
húmeda mi falda,
con perlas de sal
mezcladas con agua.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 6/13  




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