SOBRE UNA RAMA 2 L1R [75]
Cada día, en un instante,
imito el trino de las aves
sobre una reseca rama…
Alivio son mis versos,
el tiempo corre aprisa;
¡más si pudiera detener los años
y aprisionar tu último beso!
Sobre un pequeño gajo, cielo mío,
mi niño de dorados segundos,
tras un balón de oro te han robado,
todos tus sueños mágicos, errabundos…
Un reloj en mi pared sin movimiento;
se detuvo el tiempo…
Narcisos azules ¿existen?
¿Rosas de encendidos labios ,
mieles de la vida que aprisa marchan?…
Picotea cielo mío, una roja naranja,
busca entre los ciruelos un consuelo,
un durazno de piel suave como quinceañera,
y
alimenta el alma que contigo vuela.
Y al sol después de la lluvia, ¿lo adivinas?
¿Qué premura tienes?
¿Eres
acaso la mariposa de colores que pasa?
¿Eres
ese cantar extraño de un ave prisionera?
¿Eres
en el atardecer el brillo del ocaso
y murmullo
suave entre las palmeras?
Por si
acaso te descubro,
sigue trinando para imaginarte.
Nunca olvidaré el día de tu marcha,
el dorado toche ante mis ojos, ¡tan brillante!,
donde nada había,
sólo llanto entre resecos bosques de cemento
y un parpadeo de vida fueron tus ojos,
una inquietud de la providencia
que se despidió de mí,
desde las ramas verdes.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 16/13
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