PRINCESA
MARIPOSA [13]
¿Tienes tanta prisa
como
para no detenerte un segundo
y
detallar una flor?
Antes corría mucho
y
me cansaba pronto,
el
corazón parecía un campanario
a
punto de explotar...
Siempre me ha gustado la naturaleza,
pero
cierto día me detuve...
No podía alcanzar más
de
lo que la providencia me ofrecía,
entonces
detallé una flor...
Al otro día quise correr,
pero
me di cuenta
que
una oruga había devorado la flor.
Quedé
admirada de la belleza de la oruga...
Participé entonces
de
la transformación de su vida
y
la vi construir una celda
debajo
de la más fresca de las hojas,
que
con cuidado buscó...
Ya no tenía prisa,
debía
esperar un poco,
y
cada día me senté a observarla,
hasta
que un pequeño punto abierto me dijo:
¡Ya
está!, ¡es libre al fin!...
Entonces salió, parecía agotada,
abrió
despacio sus alas,
admiré
la maravilla de la creación.
Un
trío fue su vida,
un
sueño cumplido
en
medio de la grandeza del sol ardiente
y
una primavera en su estación.
Voló feliz, parecía niña de 15,
se
posaba en cada flor del camino;
con
esto también me embelesé
y
me di cuenta
que
había perdido mucho tiempo,
buscando
lo que no valía la pena.
Descubrió en un instante
a
su amante vestido de traje rojo,
¡muy
encendido!, y ella,
de
tonos violeta
con
pequeños puntos negros,
parecía
una reina,
tan
divina y brillante, ¡tan feliz!...
Fueron uno en un segundo,
volaron
los dos por cierto tiempo...
Perlas diminutas brotaron
y
con amor quedaron bajo otra rama
para ser de nuevo oruga,
mientras la
doncella de traje de seda,
descansó
sobre una roca al fin,
sin
saber que había sido vida,
hada,
sueño,
princesa
alguna vez.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 26/13
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