BOTAS AZULES [73]
¡Allá va
el chico rubio de botas azules!;
en un
cañaveral le veo cantar,
en un
río revuelto se mezcla con el peligro
y una
víbora escondida,
su pie parece hincar.
Nada
detiene a mis azules botas,
con
fuerza de gorrión anida en mi ventana,
trina
suave, feliz de existir,
y moja
de a poco sus marrones alas.
Canta
sobre un roble, ¡igual que si fuera un guadual!
Reconoce
la voz del amor en medio de tonadas,
nada le
espanta si aparece un ruiseñor,
y sin
duda, trina suave, con su voz calmada.
Picotea
un poco de granos que caen, sin prisas…
Una
mano deja cada día un rincón con sus cariños,
pero el
juguetón muchacho de botas azules,
no pudo
cantar en su vejez, cual si fuera un niño.
No fue
su destino volar como las águilas,
un
feroz invierno robó su juventud.
Era mi
muchacho para el cielo,
para
una jaula de plata engalanada de tules
adormecido
entre nubes escarlata y estrellas azules.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 16/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario