jueves, 25 de julio de 2013

PALMERAS [50]

PALMERAS [50]

Me gusta escribir a las palmeras
y ésta se quiere adueñar del sol,
se ha levantado como diosa:
Fuerte y soberbia.

Detalla desde allí lo que no podemos ver
y entre susurro de hojas ocres y verdes
regala primorosos premios y dulce cobijo
al caminante que va de paso
y se quiere entretener.

Cerca de la flecha de Anderson
donde su rostro el piso duro conoció,
allá, donde todo se tornó violeta:
Dos palmeras vieron,
la una erguida como una niña
y la otra a punto de caer.

El zapatero  se descuidó un segundo,
sus manos pudieron ayudar.
Mi muchacho de ojos tristes
se fue descalzo entre luces  de un ocaso
que nunca retornará.


Raquel Rueda Bohórquez
25 7 13


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