ALGUIEN/
A Calixto Camaño [51]
Alguien
te llamó
cuando
más brillante el sol
y
en la inmensidad del valle
te
esperaba un rostro feliz
al
verte regresar.
Un
préstamo amor mío...
Te
planté en otro cielo
pero
eras necesario a mi huerto
por
ello envié por ti a mi mensajero.
No
advertido estabas
recitando
una oración,
y
ante tan hermoso canto
te
tomé como una flor.
Vuelas
ahora,
mi
fantástico colibrí.
¡Qué
verdes son tus alas!
¡Qué
ojos negros!
¡Qué
platinado traje!
¡Qué
brillante querubín!
Tienes
de novia a una rosa,
tienes
de amante a un jazmín,
y
entre todas las que te aman
también
me tienes a mí.
Vuela
mi niño pequeño,
grande
es el amor de Dios.
María
te cobija en su pecho
mientras
duermes tranquilo,
mi
amor.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 24/13
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