MI
PASTOR [116]
Mi
Pastor decide que no eres el más pecador, que no soy la más perversa, que estás
llorando ahora pero no eres el más sufrido porque él ha decidido tomar tu carga
y llevarla sobre su hombro.
¡No
te afanes!...¡todo pasará!, así pasa la corriente de una cascada y se renuevan
sus aguas, pasa la noche y llega el día, pasa la vida y viene la eternidad...
Hablaremos
de hoy como si fuésemos a morir ahorita, y no más tristeza, ¡no más llanto!...
A detallar la belleza del paisaje y dar
la mano a quien esté caído, esa es la misión que tenemos.
¿Será
que con letras se puede ayudar a otros o con buenas palabras?, no basta, tenemos
que poner en práctica todo lo que hablamos...
Tan
pecadora soy, no perdono las traiciones de mi esposo... ¡Es que el engaño duele
tanto!, pero mi Jefe lo perdona y a su
vez me perdonará a mí, lo que Él no perdona es que siga siendo alcahuete, pues parece decir: Oye... ¿qué te pasa?... ¡No
viniste aquí por un rato a llorar!, ¡te envié a ser feliz!... no a que
permanezcas en una cárcel con quien no te ama ni te merece, por esto sí, ¡te
daré fuerte con mi cayado para que dejes de ser tonta! , observa mis huellas, sígueme
y verás lo que es la felicidad.
¡Pero
basta ya!, doblarás el cuello ante tu Jefe
y Señor, sabes que no tengo rostro, porque Yo soy el rostro y soy ese universo
en donde estás, ni una hoja mecida por la brisa lo hace sin mi voluntad.
Soy tan oveja perdida, que
siempre te busco en la soledad y te encuentro al dormir
Raquel
Rueda Bohórquez
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