LA NIÑA MUERTE [127]
No
he de nombrar a la muerte
se
engalana en lozanía,
se
lleva lo que más quiero
y
viene por más todavía.
Palpita
en los labios
tiene
la voz de un amante,
y
con nombre de mujer
nos
quita lo arrogantes.
Vieja
parca desnuda,
joven
hermosa y galana:
A
ti no te pasan los años
y
de tu hermosura te ufanas.
Cada
segundo un suspiro,
¿será
que hoy te llevas el mío?
Estoy
en un nicho oscuro
que
parece mi aposento,
y
cada vez tiemblo más de frío
y
con cada segundo me ausento.
Y
entre el fulgor de luna
mi
anochecido tormento:
¡No
me lleves sin contarle
lo
que por él yo siento!
Entre
encajes de blanca seda
con
una flor en mis manos,
puedes
hacer lo que quieras
si
me encuentro en su regazo.
Y
en un brillar de luceros,
aterida
y yerta vago.
¿Esta
tristeza es la muerte
que
habita mi oscuro lago?
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 13/13
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