domingo, 7 de julio de 2013

EN TU MIRADA [160]

EN TU MIRADA [160]

Juana, Isabel, Sonia, ¿importa acaso un nombre?
Pasó mi buena suerte, 
sorteando un número mágico por aquí.

El tiempo me señaló 
con gajos blancos en la cabellera
y sendas resquebrajadas,
por donde habitó mi esencia.

Me colgué de una pared buscando un ave
pero  ella estaba más prisionera que yo.

Me dirigí al huerto a plantar cebollas rojas y blancas
pero alguien dijo que no era mío el terreno,
invadiendo mi herencia.

Mi juventud estuvo llena de quebrantos, ¡pero no importa!,
pasó mi tiempo de soñar, 
ahora me descubro en una sombra...

Se parece a mis quimeras, 
adornadas de la humedad de tus ojos,
pero creo que no,
¡es sólo una luz de luciérnaga que pasaba por ahí!

Parece extraño que permanezcan tan lúcidos como ayer.
¿Será que son el alma, 
y en su cofre se resguarda hasta partir?

Ya no tejo calcetines rosa, ni azules, 
aunque me gustaban  amarillos
cual girasoles sembrados en mis fantasías, 
que  se blanquearon,
agacharon el rostro sin entregar semilla, 
ni ser flor en otro espacio,
ni esperanza para una cosecha.

Una lisonja tal vez provoque mi oscuridad...
Me incita a regalarte un abrazo fuerte,
dan ganas de proclamarte mujer, 
como la maravilla del mundo
dentro de un ataúd acerado,
transformado en el diamante 
más puro y brillante.

Tu talle es de luceros en el atardecer,
mirada de niña triste en espera de un biberón de agua.

Tus manos... ¡oh niña!... ¡tus manos preciosas!
Ellas fueron el motivo mayor de la existencia.
 Aún vencidas acarician tu traje arrugado,
se abrazan a tu sombra oscura, 
y penetro en tu mirada,
soy la compañera que observa el mismo sol,
 el mismo lucero viajero,
la misma luna a la que le cantamos nuestras penas.

Te pareces a la tierra sin arar,
a un ángel que se cubre de melancolía...

Pídele a tu guardián negro que te rescate,
porque los blancos te hicieron diamante de sangre
antes de vivir...

Cierra los ojos, verás que todo será olvidado,
empieza a contar estrellas... así... suavemente...
Una a una serán tuyas, ¡si no despiertas!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 6/13 








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