EL
AZOR [129]
Sobre
tu laguna clara
esperando
que el azor pase.
Que
no me persiga su daga,
En
tanto un escondite nuevo
hallo
en mi camino
que
permite a la vida continuar.
A
ratos pareciera ser
que
entre los espinos del ayer
resurge
un brote de maldad,
más
la hiedra no se deja vencer
de
la saña de su alma.
Me
acosa la inquietud,
un
odio percibo entre la maleza,
pero
busco en tu roca amado mío
esa
implacable fortaleza.
Nada
somos y nos castigas.
Pareciera
que nada se aprende
como
si esperáramos esas lágrimas
que
brotan de los sauces,
una
y otra vez más frescas.
Me
acojo al buen tiempo
y
bajo el manto de tus ojos duermo.
Desfallezco
de amor pensando en ti
y
a lo lejos...,
entre
las nubes que pasan,
entre
lo escabroso del camino
te
diviso sobre mi barca de sencillo traje
que
a pesar del fuerte huracán
nada
la voltea,
ni
el más fuerte oleaje.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 13/13
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