SUEÑO DE ANOCHE [101]
Contaré,
que ayer había rezo de rosario. Los día lunes siempre oramos en familia, pero
no se me antojó ir, ¡porque no!, tanta rezadera
a veces me aburre, y sucede que le achacamos a eso muchas cosas, pero no
lo creo, pues hay mucho pecador que se arrodilla y al rato peca, se confiesa,
empata y sigue la cadena...
Preparé
una sopa que parecía una delicia, no contaba con que habían picado remolacha en
las verduras y la sopa se convirtió en agua negra, y por ésta razón nadie la
quiso ni siquiera probar, a pesar de su buen sabor.
No
tenía hambre y comí solo piña todo el día, en la noche, para que el achaque no sea que
estaba llena y el hambre no acusaba en la espina dorsal decidí un vaso de agua
muy helada y a dormir se dijo.
Mis
hijas se acostaron en mi cama, fui para
la alcoba pequeña, allí en esa pieza, alguna vez encontramos entre la pared,
una bolsa con una medalla y un poco de polvo blanco, que no sabíamos qué era,
lo cierto es que ahí siempre sucedieron vainas que me asustaban. Le decía a mi
madre que ahí había algo, hasta que no aguanté más la presión, y un día
cualquiera, obedeciendo a mi vieja, contraté un plomero y le dije que
derrumbara ese closet, en un rincón, un pequeño agujero me inquietaba mucho y
hasta sentía miedo, por ahí le dije que iniciara a romper, y al llegar a la
mitad de la pared, más o menos a 2 metros, un ladrillo hueco, y dentro del
hueco la bolsa negra con esas cosas que claramente era un trabajo de brujería y
porquerías de esas, ¿para quién?, no lo sé... pero quien haya querido hacerme
daño, estoy segura de que todo ese veneno se devuelve siempre.
Cuando
me acuesto ahí, tengo pesadillas, anoche estaba muy cansada, apagué la luz, un
calor intenso y me perdí...
Soñé
con mi madre muriendo en mis brazos, hablamos, pero no recuerdo de qué cosas, con
otra tía Chavita, que también falleció, muertos y más muertos, todo horrendo y
yo corría, siempre con miedo, hasta que aparece una vez más mi tormento de
todos los sueños: Un toro negro, amenazante que siempre me hace correr y en
medio de éstas carreras despierto muy asustada, cuando ya está sobre mí y su bufido me
despierta.
Debo
encender la luz y orar un rato, pedir por todos esos seres del sueño, y de
nuevo me pierdo... ésta vez apacible.
Para
las beatas puede ser que digan que sucedió porque no recé el rosario, para mí,
no sé... siempre sueño con serpientes, toros negros... es algo... algo... un
peligro en cualquier sitio, una sombra, y le pido a Dios que aparte éstas
pesadillas de mi vida.
Desde
niña recuerdo que siempre corría, y esa bestia negra me acosaba de una o de
otra manera, y cuando ya resollaba con fuerza sobre mí para hacerme añicos, despertaba
con el corazón en la mano.
Temo
a la oscuridad, no supero a mi edad todavía esto, siento miradas a mi espalda,
olores, algunas veces a rosas, otras veces nauseabundos, ¿será que soy un
demonio?...
Lo
que sea, cuento siempre mis sueños, porque dicen que si los contamos no sucede
nada, pero ese toro ya me tiene cansada, le pido a mi vieja que lo espante de mi vida
si es un peligro, que ella me ayude, ya que está en otro sitio diferente al
mío, y también quiero un sueño reparador, siempre despierto muy cansada y así
estoy, tomo mucho café para no dormir, pero ayer no tomé y despierto como si me
hubieran apaleado...
Que
no digan que son las almas del purgatorio, que ese cuento ya está muy viejo, no
olvidemos que las religiones también manejan las masas con la mente, con miedos
a cosas ocultas, tal vez los brujos sean tantas sectas y cosas extrañas.
Dicen
que María es el diablo, quienes no creen, pero vean que mi reina linda es otro
cuento aparte, ella es una Princesa que guarda las perlas de mi hogar y siempre
tiene una respuesta para mis angustias, puede ser que su espejo robe todas las
malas energías y al fin pueda vivir en paz.
Raquel
Rueda Bohórquez
16 7 13
AL
POETA LOCO [102]
También
dijo el poeta,
que
al pasar el velo de la luna
el
rostro de la doncella se tiñó de púrpuras
y
leves sonidos entre sus entrañas asomaban,
para
convertirla en lo que a todos: Arcilla.
No
pudo la niña emitir sonido, ¿para qué?
Estaba
la lluvia que entre las ramas secas,
estaban
los insectos de tornasol vestidos
quienes
zumbaban con fervor en su cabeza.
¿Qué
otra cosa dijo ese poeta loco?
Entró
a una página donde estaba la chica:
Flor
entre los verdes lotos,
y
vio de sus ojos abiertos,
brotar
raíces vivas…
Seguí
caminando,
busqué
al poeta como amigo
pero
se apartó con la doncella,
y
entre las algas,
dispuesto
como caracola en los arrecifes,
se
quedó probando de sus huesos
con
una carcajada.
¡Ya
no más!...
Agarré
camino con lo poco,
seguí
buscando a la persona correcta,
cuando
una garza de blancas alas
cruzó
la senda con sus alas bien abiertas…
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 16/13
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